PARADIGMAS DE NUESTRO TIEMPO


    En el siguiente artículo el profesor Rodolfo Bolívar nos habla de los sistemas económicos más importantes en la actualidad. Nos referimos al criterio de cuáles fueron los sistemas económicos que causaron un mayor impacto en la sociedad, explicando en qué consistían y que impacto tuvieron a nivel económico o social.


La historia de la humanidad nos alerta sobre cambios, los mismos quedan registrados en el acontecer de los pueblos y las dinámicas societarias, permanentemente el hombre como humanidad se adapta a cada contexto, lo influye e incluso modifica, ningún área humana se escapa de esta realidad que va de alguna manera definiendo paradigmas que penetran profundo en el imaginario colectivo y hasta definen estilos de vida de las personas, las comunidades y de las sociedades enteras, esto es patente sobre todo en los últimos cien años, donde la escalada tecnológica producto de las ultimas revoluciones científicas, sumado a la revolución  cultural que comenzó a principios del siglo XX y se consolidó en la década de los sesenta, alimentan nuevos escenarios sociales, políticos y económicos.

            La persona humana se encuentra en una encrucijada de valores y de cuestionamientos de índole filosófico, antropológico, ético, moral y social, definir las nuevas relaciones humanas, con especial atención al tema de la familia nuclear y extendida, el lograr librarse del desgaste de establecer cuál sistema económico es apropiado a la realidad del ser humano en cada espacio productivo, nación o comunidad, y sobre qué establecimiento político es mejor regir a los pueblos: democracia participativa, representativa, regímenes autoritarios con control absoluto del Estado, además de temas como control de la natalidad con miras a la mejor asignación de recursos, se enfrentan constantemente en la escena mundial, se escucha aún hablar del mundo libre contra el mundo controlado, pero el problema es aún más profundo.

            Los sistemas económicos se han formado a partir de determinados contextos históricos que dan como resultado por ejemplo el mercantilismo del siglo XVI impulsado por un Reino de España colonizador que se implicó en un comercio triangular entre África, América y Europa apostando por la acumulación de metales preciosos y la sobreprotección de las economías nacionales; el libre mercado propuesto por Smith entrado el siglo XVIII, opuesto diametralmente a este mercantilismo que marcó el camino para un liberalismo económico que hoy día es sustentado por políticas monetaristas y con base en gobiernos de talante democrático, que son insignia de la libertad económica  y que tienen su contraparte en las economías de planificación centralizada con gobiernos en su mayoría de corte autoritario.

            Pero el debate en pleno siglo XXI dista mucho de ser sólo de bloques económicos tipo izquierda y derecha, con categorías de discusión sobre los medios de producción, asignación de recursos o libre competencia versus planificación estatal dirigida centralmente para lograr el desarrollo de los pueblos. Hoy el esquema es más de índole cultural, donde las instituciones públicas y privadas de las naciones cumplen un papel importante en la estabilidad y desarrollo económico de las regiones, donde el subjetivismo del pensamiento austriaco copa la escena en el análisis de las decisiones que toman los consumidores en el llamado mundo libre, destacando el rol de la persona humana como central en cualquier crecimiento posible y bienestar, sumado a políticas intervencionistas neo keynesianas que se solapan al neoliberalismo y que hacen de alguna manera frente a la revolución neo marxista cultural que ocupa los espacios no solo económicos, sino sociales, morales, éticos, familiares y personales. La cuestión económica se soporta incluso sobre nuevas propuestas de orden mundial, a manera de organización social y perspectivas humanas existenciales.

            La discusión se mantiene en algunos espacios o esferas de influencia, como un tema solamente económico y la verdad es que cruza transversalmente la misma dignidad humana, las creencias, la fe y la vida humana, su sexualidad, su familia y su manera inherente de interrelación personal. Debemos proponer acciones sólidas en el cambio de los paradigmas que se arrastran desde las propuestas filosóficas Nietzscheanas, el marxismo cultural y la comprensión de base de quienes somos, porque para comprender los visos incluso psicológicos de la llamada era posmodernista, es urgente revisar la antropología de la cual partimos para poder comprender las razones que nos determinan como personas, como comunidades y como naciones, y en un mundo globalizado apostar por tradiciones que lejos de ser obsoletas reafirman la esencia de la naturaleza humana.

            Los sistemas económicos son y han de ser el reflejo de las conductas humanas que a su vez definen el contexto histórico, el hombre es afectado por la historia e igualmente la define, así la economía y la jerarquía de valores que rigen a la sociedad productiva, hay que hacerle frente desde la sana comprensión antropológica del ser, enfrentar desde una antropología adecuada cada paradigma resultado de fusiones culturales impulsadas muchas veces por ‘brazos oscuros’ que intentan definir un nuevo camino para las naciones y la humanidad. Llevar al debate económico temas como la persona y su dignidad, el matrimonio, la familia, la vida misma, en una propuesta ética de altura donde la esencia del ser humano sea el norte, es necesario para enfrentar ideologías y proyectos culturales que se imponen buscando apropiarse de los recursos económicos y dirigir las políticas del mundo, y que, con lenguaje de inclusión y falsa tolerancia, generan división, ganancias solo para ciertas élites y control social de la población.

            "En resumen, podemos afirmar desde una reflexión filosófica y antropológica, que los sistemas económicos han de considerar el quehacer humano no solo desde la asignación de recursos y los medios de producción que participan en la generación de riqueza, sino desde la dignidad del ser, la familia y el proyecto humano que coloque a la vida, el desarrollo evolutivo del ser, la ética y la moral de los pueblos, como riqueza fundamental y central en el devenir de los tiempos."

 


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