RESCATE ECONÓMICO EN VENEZUELA Y LA CRISIS CLIMÁTICA

  

    Venezuela es un país petrolero desde que las exportaciones de hidrocarburos superaron a las del café y el cacao y elevó de manera significativa el PIB, alrededor de 1920-1921, como señala A. Baptista. Esto transformó drásticamente la vida económica y social de la población venezolana.

    Sin embargo, actualmente el país muestra una recesión de más de 20 trimestres, resultado principal de la gestión gubernamental en diversos aspectos, como una política petrolera que ha destruido a esa industria, el mantenimiento de fuertes desequilibrios fiscales y una política monetaria y crediticia sometida al fisco, lo que ha traído hiperinflación, empobrecimiento generalizado, emigración y distribución del ingreso muy desigual.

    La actividad petrolera, principal generadora de divisas, cayó más de 3 millones de barriles diarios desde 1997 hasta 2001, y a menos de 700 mil en 2021. Se han descuidado mucho sus instalaciones, ha habido poca inversión, han ocurrido múltiples accidentes y hasta diversos equipos y componentes han sufrido chatarreo, con lo cual se ha perdido una porción importante de estos activos de producción. El capital humano especializado se perdió en gran proporción entre 2002-2003 y no ha habido una gerencia activa que haya podido mejorar sus resultados.

    La responsabilidad de los gobiernos de este siglo ha sido el velo institucional que mayor ha causado tal destrucción.

    Cualquier plan de rescate del país exige de actividades que rápidamente generen divisas, como el rescate de la actividad petrolera, así como la minera, la cual ha estado muy opaca. Pero el rescate de estas actividades exige un diseño de políticas gubernamentales que garantice el recibimiento de elevadas inversiones.

    No obstante, el cambio climático ha propiciado el diseño de políticas de reducción del aprovechamiento de los recursos energéticos de origen fósil y la promoción de energías limpias, como las de origen solar, eólico y nuclear; y establece el año 2050 como meta para el nivel 0 neto de emisión de carbono o gases de efecto invernadero.

    Ya varios países petroleros del Cercano Oriente han propuesto cambios a su matriz energética y muchos países y empresas han establecido medidas para convertirse en más verdes. En algunos casos, las medidas incluyen menor o ningún financiamiento a actividades de producción de energías sucias.

    El período de transición hasta el 2050 está lleno de incertidumbres, que lo retrasan o lo aceleran. Entre las primeras está el elevado costo de dejar de usar las fuentes energéticas actuales y el desarrollo de las nuevas, además de las fortalezas geopolítica. Entre las segundas está la aparición de nuevas fuentes aparentemente muy eficientes como el hidrógeno.

    En todo esto, hay que plantearse cuánto tiempo tiene Venezuela para rescatar su actividad petrolera a un nivel suficiente que le permita liberarse del petróleo y desarrollar otra fuente de energía y de divisas. Y con cuántos recursos se podrá necesitar y de dónde vendrán.

Profesor Carlos Bello

Redactado por Nicolás Weir

Publicado por Virinia Khalil

Blog de la FCEA


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